Maria de Vedia Maria de Vedia Maria de Vedia
Navigation
  • Home
  • Alma
  • Corazón
  • Vida

Mi retrato

¡Uh, este cuadro de Edgardo Giménez es lo más! Lo tengo colgado en el hall de entrada de casa. Todos se sorprenden al verme en ese escenario tan pop. Y la verdad que cuando Edgardo me lo mostró por primera vez yo también me vi medio rara, pero con el tiempo me di cuenta de que él había captado cosas mías que ni yo sabía que estaban.

Bienal Fin del Mundo

Una tarde abril del 2007 mientras subía, muerta de frío, del Puerto de Ushuaia hacia la Ciudad, me di cuenta de que estaba participado de un acontecimiento único: construir una Bienal de la nada y en el Fin del Mundo. Una odisea inolvidable y el recuerdo de Corine Abadi.

Festival de cine de San Sebastián

La revista “Raíces. Cine argentino”, fue una de mis creaciones más gratificantes. La lanzamos en el Festival de San Sebastián. El mar azul, el casco antiguo con sus bares de pinchos, el viejo hotel Reina Cristina donde se paseaban las estrellas del cine y el espíritu de Donostia me conquistaron para siempre. Es uno de mis lugares en el mundo, al que vuelvo cada vez que puedo.

El mago de Hoz

El camino amarillo que Dorothy recorre con el espantapájaros, el león cobarde y el hombre de hojalata es un recuerdo imborrable. Y, naturalmente, esa canción que habla de alcanzar los sueños en algún lugar más allá del arco iris. Entre nosotros… siempre quise tener unos zapatos colorados como los de la niña y también las medias celestes.

Gaby Fofo y Miliky

“Había una vez, un circo / que alegraba siempre el corazón. / Sin temer jamás / al frío o al calor, / el circo daba siempre su función”. Esta canción que cantaban “de Gaby, Fofo y Miliky me regaló tardes felices junto a mis hermanos y fue, , aunque parezca tonto, una lección de vida.

8 y medio

Solo un genio como Fellini podía atreverse a culminar las especulaciones metafísicas del protagonista de su película (el propio Fellini, en realidad) con la irrupción de un circo tan pobretón como ruidoso… y oportuno. Cada vez que necesito una idea y no la encuentro, voy a You Tube y veo la escena final.

María Elena Walsh

Ella iluminó mi infancia con la tetera de porcelana, Manuelita, el brujito de Gulubú, la mona Jacinta y la vaca estudiosa. También me enseñó que el tiempo de jugar es el mejor, que es muy lindo que una abuela te lea en camisón y que sería divertido vivir en el reino del revés.

”Che gelida manina”

Se la oí cantar a Pavarotti en el Colón en 1999. Fue una experiencia que todavía recuerdo. Para colmo, en el intervalo fui a tomar algo al bar y me encontré a Vittorio Gassman que conversaba y tomaba champagne con un señor de barba. Años más tarde volví a encontrar al señor de barba y me casé con él.

Cien años de Soledad

Me impresiona el fragmento de la peste del insomnio: “…lo más terrible de la enfermedad del insomnio no era la imposibilidad de dormir (…) sino su inexorable evolución hacia una manifestación más crítica: el olvido. (…) empezaban a borrarse de la memoria los recuerdos de la infancia, luego el nombre y la noción de las cosas, y por último la identidad de las personas…”.

El piano

Este uno de los rincones preferidos de mi casa. El paisaje que veo por la ventana me hace imaginar que estoy en Paris. Y cada nota que toco en el piano me produce sensaciones que no puedo explicar. Tenía razón Huxley: “después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable, es la música.

La ballena en un bosque

Esta ballena varada en un bosque posiblemente ya no exista. La hizo con arcilla el artista contemporáneo argentino Adrián Villar Rojas para la 2ª edición de la Bienal del Fin del Mundo. Medía más de 28 metros de largo y nos recordaba que todavía se está cazando ballenas.

Si tuviera 78.000 dólares…

Me compraría esta pintura. Se llama “Afternoon Stroll” y la pintó en 2001 el artista italiano Pino Daeni, que retrató mujeres románticas, muy femeninas y escenas de familia llenas de ternura.

Peine del viento

Este conjunto de tres esculturas, que uno puede ver prendidas a la rocas de la Playa Ondarreta, en San Sebastián, es obra del escultor vasco Eduardo Chillida. Y no hace falta que les cuenta lo que se siente cuando las castiga el mar.

El perro que se salvó de la ETA

El artista norteamericano Jeff Koons se está ganando el lugar de heredero de Andy Warhol. Este Terrier de 12 metros de alto que instaló en el Guggenheim de Bilbao no deja de llamar la atención. Es una estructura de acero forrada de flores que se mantienen vidas por un sistema de riego. Los terroristas de ETA intentaron volarla pero no tuvieron suerte, aunque mataron un policía a tiros.

Primera escuela de Sarmiento

La descubrí de casualidad, paseando por San Luis. Queda en San Francisco del Monte de Oro y la fundó Sarmiento en 1826, cuando tenía sólo 15 años. Al entrar en ese rancho precario, de paredes de barro y techo de paja, uno no puede dejar de imaginarse al maestro adolescente enseñando a leer y escribir a muchachos mayores que él. Y de preguntarse dónde fue a parar tanta pasión y grandeza.

La Traviata de Willy Decker

La descubrí de casualidad, paseando por San Luis. Queda en San Francisco del Monte de Oro y la fundó Sarmiento en 1826, cuando tenía sólo 15 años. Al entrar en ese rancho precario, de paredes de barro y techo de paja, uno no puede dejar de imaginarse al maestro adolescente enseñando a leer y escribir a muchachos mayores que él. Y de preguntarse dónde fue a parar tanta pasión y grandeza.

María de Vedia | Marca Registrada 2019

Enviame tu consulta :)

Nombre (*)

Mail (*)

Asunto

Mensaje

  • Facebook
  • Twitter
  • Instagram
  • Linkedin
  • Youtube
  • Blog